domingo, 7 de septiembre de 2008

Burocracia japonesa for you

Fecha: 05/09/2008

Hoy, el plan es sacarnos nuestro permiso de residencia, registrarnos en la embajada y hacernos una cuenta en el banco, y como postre una recepción con la gente de la beca, vestidos de traje y corbata. Como tengo que estar a las 9:30 en el centro, me levanto a las 6:30, me visto de traje y bajo a desayunar. Efectivamente, no lo había leído mal ayer: rollitos de repollo. Acompañados del arroz y la sopa miso de rigor, claro, y un huevo de acompañamiento de la sopa. Pensando que sería un huevo duro, lo abro: craso error, el huevo se derrama. Como el olor de los rollitos me da arcadas y la expectativa de una sopa con huevo no me hace tilín, lo tiro todo y me compro un zumo de naranja en la máquina. De hoy no pasa: necesito leche. Y fruta, maldita sea: llevo desde el lunes sin comer fruta. Me llego al ayuntamiento de mi zona, donde encuentro algo extraño: la puerta está abierta, pero no hay nadie. Cómo se nota que por aquí no pasan turistas españoles: se quedarían sin bolis ni clips en cero coma. Algo preocupado, porque se me echa el tiempo encima, vuelvo a la residencia y hablo con un hombre mayor al que conozco porque habla inglés: el ayuntamiento abre a las 8:30. Pues nada, llegaré tarde. Para cuando me dan los papeles ya son las 9, y salgo corriendo para el tren. Paso de la embajada, claro, y me voy derecho al centro, donde me dicen que la hora de quedar era la 1 de la tarde. Bien por mí, qué bien me entero de las cosas. Más relajado, me voy a la embajada: soy el primero en llegar, pero cuando estoy cruzando la puerta aparece Dani. No tardamos en reunirnos todos, y cuando tenemos nuestros papeles en regla nos volvemos al centro. Comida, relajación, internet hasta las 4 de la tarde, cuando nos vamos al banco para arreglar el asunto. Muy fácil, muy rápido, por suerte para los del banco: ¿cómo se les ocurre a los de la beca meter en un banco a un grupo de 10 españoles e italianos? En todo el banco sólo se nos oye a nosotros. Total, volvemos al centro y sobre las 6 empiezan a llegar los de la recepción. Mucha gente: embajadores, organizadores, gente de las empresas, antiguos vulcanianos, profesores de japonés... Muy buen ambiente, buen rollo generalizado. Hablo con el embajador de España (un tipo muy salao), con algunos profesores, y con una chica llamada Megumi que me da dos sorpresas: es la hija del organizador japonés, y habla español. Y muy bien. Se pasó algún tiempo en Argentina, y se parte de risa cuando Emilio y yo hablamos con acento argentino. Nos lo pasamos genial hasta que la gente empieza a irse, y entonces nos reunimos los españoles. Alejandro, Rocío, Héctor y yo quedamos para mañana en Asakusa, para ir de turisteo a un templo cercano. Nos vamos a nuestras casas, y en el metro me encuentro a mi primer japonés borracho. Curiosamente, ni aún así pierden esa necesidad patológica de ayudar: cuando me ve mirando el mapa me pregunta si necesito ayuda, se hace un lío con las palabras, se tambalea y se aleja haciendo eses cuando llega a su estación. No me he olvidado del desayuno: compro leche, zumo y unos bollos, porque no encuentro cereales. Otro día. Por lo menos la leche japonesa está buenísima, y no hace falta azúcar ni Nesquik para bebérsela. Eso sí: está cara: a 200Y el litro, de media. Ah, y una gran sorpresa: Cerca de mi casa hay un “Todo a 100” llamado Lawson's que tiene de todo, incluido.. redoble de tambores... ¡fruta! Me compro plátanos y resisto la tentación de comerme uno allí mismo. Contento, decido parar en una tienda que parece de películas que también tengo cerca. Veo las películas, que ocupan como una tercera parte de la tienda, y entro en un paraíso. Manga. Cientos, miles de volúmenes de manga. Revistas enormes, volúmenes pequeños, de todo. A un precio ligeramente distinto del español: 500Y cada tomo. Como para compararlo con los 10 euros que nos clavan en España. En casa, ducha y a la cama: a soñar con el momento en que sepa japonés.

Humor: Véase Tomo, de Azumanga Daioh. Una fruta: la pera.

3 comentarios:

Esteban dijo...

Por lo que veo, parece que algunos de los topicazos sobre japoneses son ciertos.

Arreis O'Neil dijo...

Casi todos, de hecho. La cosa es que hay mucchas cosas que, aún siendo tópicos, nadie se espera que lo sean. Lo de la amabilidad excesiva no es broma: es REALMENTE excesiva.

José Antonio dijo...

Megumi, ¿eh?