jueves, 25 de septiembre de 2008

Denwa bango wa chigaimasu

El día ha empezado y terminado de forma curiosa. De hecho, estoy por saltarme lo de en medio, pero entonces no escribiría nada.

Nada más despertarme me ha llamado alguien al móvil. En japonés. Se habían equivocado, evidentemente, pero hasta que he logrado hacerle entender que no sólo se había equivocado sino que encima no hablaba su idioma, ha habido algunos momentos bastante embarazosos. Lo malo es que luego se me han ocurrido montones de maneras de decirle en japonés que se había equivocado, pero qué queréis: recién levantado y sin desayunar no carburo demasiado fino. Ya me cuesta lo mío en mis buenos momentos, así que imaginaos...

Antes de ir a clase he pasado por el ayuntamiento a recoger mi nuevo DNI: la tarjeta de residente extranjero o, como se conoce comúnmente, Gaijin Card. Tiene su gracia la cosa: vienen tanto mi dirección en España como la que tengo aquí; la japonesa viene entera escrita con un montón de kanjis, y en la española pone, literalmente, esto: “Carretera. Cartagena (Murcia)”. En España, vivo en la carretera. Estoy por no volver.


La clase, normal, pero se ha hecho cansada entre otras cosas porque esta semana nos han malacostumbrado mucho. En total, esta semana hemos tenido 9 horas de clase, de las cuales 5 han sido hoy. Y por si eso fuera poco, doblete de exámenes: kanji y gramática. Os aseguro que desde que iba a EGB no tenía que cuidar tanto mi letra: ya me han llamado la atención varias veces por lo mal que escribo. Y pensar en lo contento que me puse cuando entré en la universidad y me dije “Por fin se acabaron los exámenes de desarrollo”. Pues toma. Todas las semanas. Y en japonés.

Al final del día nos hemos dividido: unos se han ido a Shinjuku a ver libros y a cenar, otros nos hemos vuelto a casa. Me alegro de estar en el segundo grupo, porque la cena de hoy ha sido, con diferencia, lo mejor que he comido desde que llegué a Japón. Ojalá supiera preguntar qué rábanos era. Lo único que sé es que era tempura (pescado y verduras rebozadas) y que había que mojarlo en una salsa marrón que sólo sé que no era soja. Espero que me lo vuelvan a poner antes de que me vaya, y que para entonces sepa algo más de japonés: ahora mismo podría preguntar qué era sin problemas, pero a ver quién es el guapo que entiende la respuesta.

Humor: Cocinillas. Una canción: Motteke! Sailor Fuku, opening de Lucky Star.

1 comentario:

Unknown dijo...

macho es q como tu letra en japones sea tan buena como en español...