jueves, 11 de septiembre de 2008

Planeando el futuro del universo

Un día ocupado. Primero me he tenido que levantar a las 7 para poder ir a la tienda de móviles a cambiar el cargador, que se habían equivocado al dármelo. Tengo que reconocer que los japoneses son la gente más complaciente del mundo: la tienda no abría hasta las 10, pero dentro estaba el personal completo, y cuando les he explicado que a las 10 no podía estar ahí, me han abierto y me han atendido. ¿Os imagináis algo así en España? Ya es difícil imaginar que haya alguien en una tienda antes de que la abran, pero incluso aunque así fuera, dudo que nadie abriera a un cliente, por muy desesperado que estuviese, menos aún si fuera extranjero.

La clase de japo ha sido suavita, porque hemos tenido menos horas de lo normal: después de comer nos han metido en una conferencia dada por una personalidad importante de la cámara de comercio, un inglés que nos ha estado explicando a grandes rasgos cómo funcionan las empresas japonesas. Es algo extrañísimo: el jefe no toma las decisiones sin el consenso de los empleados, y normalmennte este consenso no se busca en la oficina, sino en la fiesta a la que vayan ese día los de la empresa. Bueno, lo de “consenso” es un poco exagerado, porque como no acates las opiniones del jefe no duras mucho en el puesto (ojo, no te despiden, simplemente les caes mal y te conviertes en un cero a la izquierda), pero dicen que esta forma de hacer las cosas les da a los empleados una sensación de seguridad, de formar parte de la empresa. Me recuerda a la frase de House: “¿Usted preferiría un médico que te insulte mientras te cura o uno que te cuide mientras te mueres? Yo creo que lo peor es uno que te insulte mientras te mueres”. Es algo parecido: al final no pintas nada, pero al japonés medio le parece que sí, así que vive feliz.

Para finalizar el día, he celebrado que mañana nos dan el primer pago del dinero de la beca: me he comprado un cacharrito de estos de alta tecnología que tanto nos gustan a los frikis. En un principio iba a ser la Nintendo DS, pero la presión del examen de japonés se hace notar: me he comprado un traductor electrónico español-inglés-japonés, el Casio Ex-Word. Un compañero de clase lo tiene y le está sacando muchísimo partido: el secreto es llevártelo a todas partes y meter en él todo lo que no entiendas (en mi caso, casi todo), y así vas aprendiendo. Además, como tiene reconocimiento de escritura, me sirve para practicar los kanjis. Ya os contaré qué tal funciona. Un abrazo.

Humor: Estudia, estudia, estudia... Una serie: Golden Boy.

4 comentarios:

Patri dijo...

primo seguimooos aquiii
aunque ahora con el inicio del curso escolar tenemos restringido el uso del ordenador
pero seguiremos viniendo cuando podamooos, por lo menoos yo xD
que por cierto soy bea
(beita para que nos entendamos)
pasaloo bienn, te queremooos

Anónimo dijo...

bueno ya me hice cuenta propia para no seguir gorroneandosela a Patri xDD
por ciertoo, la otra bea es mi madre, jeje

Arreis O'Neil dijo...

Sí, ya me di cuenta con lo de "Mamaaaa, callaaaa" del otro día ;)
Un besazo japo a todas, primis.

Unknown dijo...

Anda que empezamos bien dejando escapar la NDS... por una calculadora casio con simbolos raros.